Ví dibujos de Dalí en las nubes del Montseny.
Un conejo se asomó a mi carpa.
Un gato me miró a los ojos.
Conocí una multitud de insectos, incansables.
Ví la luna menguarse, por las madrugadas.
Percibí parte de mi escencia y algunas de mis cáscaras.
Una mosca me besó en la boca. Y yo que soy araña, en vez de tragar-la, soplé y sonreí.
Recordé a todos mis maestros y maestras.
Tirité con el poder de la mente.
Comprendí la poesía, de repente.
Lloré la muerte de mi padre.
Lloré la mía propia.
Me enfrenté a la realidad tal y como es, de a ratos.
Me desgarré del todo.
Sentí. Sentí. Sentí.
No solo dolor, sentí.
Me despedí. Nací de nuevo.