Nada me apura, estoy presente. Nada me preocupa, estoy vivo.
Nada me duele, estoy sano.
Ya no tengo prisa.
El apuro es ausencia del presente. Igual que la angustia, el miedo, el estrés y las preocupaciones. El detenimiento es el presente de Dios en nosotros.
Ya no tengo prisa, estoy detenido en Dios.