Le dije que el amor no existía. Que eso que las gentes creían un cristalino manar de la emoción, una pura efusión del sentimiento, no era más que el deseo instintivo de los gatos en celo discimulado detrás de las palabras bellas y los mitos de la literatura. Yo no creía en nada de eso, pero quería hacerme el interesante. Mario Vargas Llosa.