Toco tu boca. Con un dedo toco el borde de tu boca. Voy dibujándola como si saliera de mi mano. Como si por primera vez tu boca se entreabriera. Y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar. Hago nacer cada vez la boca que deseo. La boca que mi mano elige y te dibuja en la cara. Una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara. Y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Julio Cortazar.