Cuando el polígono dejó de multiplicar sus lados tratando de convertirse en círculo y aceptó ser lo que esencialmente era, un triángulo conoció la felicidad. Cada día, un nuevo cuento de Alejandro Jodorowsky.
Cuando el polígono dejó de multiplicar sus lados tratando de convertirse en círculo y aceptó ser lo que esencialmente era, un triángulo conoció la felicidad. Cada día, un nuevo cuento de Alejandro Jodorowsky.