La Tierra era Una. Entera. Toda.
Delante de mis ojos y mis pies, se rajaba la tierra. Dejando a Rosa Jiro de un lado y a mí del otro.
Eso formaba los continentes. Dos.
Yo no sé nada. Solo Dios sabe por qué.
Deseaba transmitirle esta información a Ugo y, mirándolo, comprendió en imágenes.
Sin palabras compartimos experiencias.
Adoro la Comunición Real.